domingo, 13 de julio de 2014

Elí, Elí, lama sabactani, UNA PROCLAMACIÓN DE VICTORIA





VICTOR PAUL WIERWILLE 
(31 DICIEMBRE 1916
- 20 MAYO 1985)


Fragmento del capítulo 12 de la tercera parte "Cómo la Biblia se interpreta a sí misma" del libro Poder para la vida abundante
American Chiristian Press 380p. New Knoxville

Hay otro punto. Los versículos que se interpretan a sí mismos tienen que estar en armonía con todas las otras referencias bíblicas del mismo tópico. En Mateo 27 hay un versículo que sobresale en la Palabra de Dios por su dificultad. En cada Semana Santa, cuando se dan los sermones de las “siete palabras”, este versículo en particular es despedazado.

Mateo 27:46:

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?


Este versículo de la Escritura debería haber capturado nuestra atención desde el principio mismo.

¿Por qué los traductores dejaron allí las palabras extranjeras? Esto debió habernos motivado para iniciar una indagación en cuanto a la desviación de lo usual por parte de los traductores.

Nosotros entendemos este versículo palabra por palabra excepto por las palabras extranjeras. Sin embargo este versículo contradice a otros versículos en la Palabra de Dios. Parecería como si Dios hubiese abandonado a Jesús porque Jesús se hizo pecado y Dios no podía aguantar el pecado; por lo tanto Dios dejó a Jesús a que muriera solo. 

Vayamos a la Palabra y veamos exactamente lo que la Palabra dice. Observe Juan 16:32.


He aquí la hora viene, y ha venido ya (Jesús está hablando a sus apóstoles), en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

Jesús hablaba del momento de su crucifixión y de su muerte; él dijo: “El Padre está conmigo”. Sin embargo, en Mateo 27:46 dice: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

Juan 10:30:

Yo y el Padre uno somos. 

2 Corintios 5:19:

que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo…

¿Cómo puede “uno” ser separado? Observe Colosenses 2:9.

Porque en él (en Cristo) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.

¿Cómo vamos a separar la plenitud de la Deidad la cual habita en la presencia de Cristo en la tierra? ¿Cómo podía decir Jesús: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”?

Hay muchos ejemplos en la Palabra que son contradichos a gritos por Mateo 27:46. Mateo no puede hacer esto si es la Palabra de Dios.

Lo que Cristo dijo en el momento en que fue tomado en cautiverio está escrito en Mateo 26:53.

¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?


Uno tiene que estar en “términos amistosos” con Dios para conseguir esa clase de ayuda. El Padre le habría dado a Jesús 72.000 ángeles. Jesús podía haber salido inmediatamente de entre ese grupo de hombres si él hubiera querido. ¿Por qué? Porque “yo y el Padre uno somos”, “el Padre está conmigo”, “yo siempre hago la voluntad del Padre”. Jesús tuvo que haber estado haciendo la voluntad de Dios cuando moría en esa cruz. Sin embargo, Mateo 27:24 dice: “Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Este versículo contradice al resto de la Palabra.

¿Cuál es el problema? Primero que nada, las palabras extranjeras insertadas en ese versículo son palabras arameas. Jesús hablaba arameo. (El arameo es llamado hebreo en la Versión Reina-Valera. Más exactamente, podría haber sido llamado siriocaldeo). Estas palabras en arameo son dejadas en esta Escritura particular porque los traductores realmente no sabían qué hacer con ellas. Dejaron el versículo y añadieron la interpretación en español. Hay todavía hoy en día algunos ejemplos más en el Nuevo Testamento donde los traductores han permitido que las palabras en arameo permanezcan en el texto.

La palabra elí quiere decir “Dios mío”, pero no hay palabra aramea como la palabra lama. Hay una palabra lmna. Lmna es siempre un grito de victoria, una declaración de “para este propósito”, o “por esta razón”. La raíz de sabactani es shbk. Shbk quiere decir “reservar”, “dejar”, “guardar” o “mantener”.

Era cerca de la hora novena, las tres de la tarde, cuando Jesús habló desde la cruz. Colgando de la cruz en esa hora crucial, Jesús hizo esa proclamación desde lo profundo de su alma. “¡Dios mío, Dios mío, para este propósito fui reservado, con este propósito fui guardado!” Las últimas palabras que él profirió fueron: “Consumado es”. ¿Qué estaba consumado? La redención de usted y la mía. Jesucristo había dado su propia vida. Aquel que no conoció pecado se había vuelto pecado para que usted y yo pudiéramos ser hechos la justicia de Dios en él. Su redención y la mía fueron entonces consumadas. El siguiente versículo cronológicamente es Juan 19:30: “…Y…entregó el espíritu”. Ellos no le quitaron su vida. No fueron los clavos que traspasaron sus manos los que lo mantuvieron en esa cruz, ni tampoco la cuerda atada alrededor de su cintura, ni tampoco los clavos que atravesaron sus pies. ¿Por qué se mantuvo colgando en esa cruz? Porque Jesucristo nos amó. El podía haber salido de esa cruz. Podía haber tenido doce legiones de ángeles a su mando. Pero siguió colgado de la cruz porque tanto nos amó que dio su vida por nosotros. Cuando estaba muriendo en esa cruz él no exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”, sino: “¡Dios mío, Dios mío, con este propósito fui reservado, para este propósito fui guardado!”

Traducciones del lejano oriente dicen en Mateo 27:46: “…Dios mío, Dios mío, para este propósito fui reservado”. Las traducciones occidentales leen erróneamente:”…Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”


Supongamos que usted tiene un hijo único y en este momento su hijo se estuviera muriendo: ¿estaría usted sentado leyendo este libro sobre la exactitud de la Palabra de Dios, o estaría con su hijo? Y su hijo no ha hecho siempre la voluntad suya. Su hijo ha hecho cosas contrarias a lo que usted hubiera querido. Aun así, usted querría estar con él. ¿Piensa usted que Dios Todopoderoso no es tan bueno como usted? Jesucristo era el Hijo unigénito de Dios y siempre hizo la voluntad del Padre. Cuando él moría en esa cruz, ¿dónde piensa usted que estaba el Padre? Con él. 

Dios permaneció con Su Hijo. Esta fue la hora de triunfo no solamente para ellos, sino para nosotros también, pues fue en este punto que Jesucristo, el segundo Adán, cumplió todos los requisitos legales para nuestra redención y salvación. Este era el propósito de Cristo. Ahora tenemos una traducción precisa de Mateo 27:46, uno de los versículos más difíciles en la Reina-Valera. Ahora este versículo calza con otros pasajes de la Palabra de Dios.


Para reiterar puntos: (1) La Escritura generalmente se interpreta a sí misma en el versículo donde está escrita; (2) el vocabulario debe entenderse en los términos del día en que se hizo la traducción; (3) toda la Escritura tiene que estar en armonía consigo misma; esto es, las escrituras que se relacionan con un tema dado no pueden contradecir la una a la otra.


Reseña biográfica del Dr. Wierwille  (del blog http://fdocc.ucoz.com/index/victor_paul_wierwille/0-7)

Reseña Biográfica:
El Dr. Wierwille se pasó la vida estudiando y enseñando la Palabra de Dios a personas de todo el mundo. Su obra principal fue esclarecer la grandeza de las manifestaciones del espíritu santo en el tiempo actual, así como el estudio de la Biblia de una manera metódica y sistemática, ya que en ella, según repetía él una y otra vez, hay: "exactitud matemática y precisión científica". Con un método sólido y consistente descubrió muchas cosas, desde precisiones históricas hasta astronómicas.

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