domingo, 17 de agosto de 2014

Meditando...Sólo tenemos una vida por vivir.




Sólo tenemos una vida por vivir, así que vivámosla 100 por ciento para Dios. Verdaderamente esta vida como creyentes no se trata ya más de nosotros mismos, no se trata de lo que podemos conseguir, sino más bien lo que podemos dar a Dios y a los demás viviendo nuestras vidas en servicio a Él a través de servir a los demás. Se trata de tener pasión por Dios y el Señor Jesucristo para declarar y mostrar el amor del Padre a los demás y vivir nuestras vidas día a día delante Él, así otros pueden ver el poder transformador de Dios en nuestras vidas en la verdad y el amor y así, brillar como una luz encendida en este mundo, siendo testigos del Señor Jesucristo.

Vivimos tiempos emocionantes, si ha habido alguna vez un momento para compartir la Palabra de Dios con los demás, ese tiempo es ahora, hoy mismo. Dios tiene muchas puertas abiertas para ti para que vayas y ames a alguien, para que ores por alguien. Tu puedes ser ese milagro que alguien necesita, puedes hablar esa justa palabra en el espíritu, que cambiará la vida de alguien para siempre. Tu puedes ser ese hijo de Dios en el lugar correcto y el momento correcto, para traer luz y libertad a alguien que necesita desesperadamente ayuda.

En la Epístola a los Efesios, Dios, a través de Pablo alienta a los creyentes a caminar en amor, a caminar en luz y a andar dignamente. Cuando caminamos de esta forma delante Dios y de los demás, nuestras palabras serán tomadas con verdadera autoridad, porque nuestros estilos de vida están apoyados por las palabras que hablamos en amor.

Recuerda que Dios te necesita, nosotros somos Sus embajadores en el mundo, somos Sus representantes, así que vamos a amar a los demás, extendámonos a otros no sólo para traerles liberación con esta poderosa Palabra de Dios hablada por labios creyentes, sino que de la mano de Dios, cambiemos la cultura misma con la verdad de la Palabra de Dios hablada en el amor, y viviéndola en nuestras vidas. Que tengan un increíble comienzo de semana y Su bendición el resto de sus vidas.

Anónimo
Traducción: Claudia Juárez Garbalena

viernes, 8 de agosto de 2014

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"Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré."(2 Corintios 6:17)

Estamos rodeados por un mundo que es gobernado en su mayor parte por Satanás. ¿Cómo podemos evitar ser atrapados en él? ¿Cómo podemos ser diferentes?

Encontrará la respuesta en Juan 17:17. Allí Jesús hablaba al Padre de todos los que creerían en Él. "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la verdad," dijo Él. Santificar significa "separar". Por lo tanto, Jesús estaba diciendo: "Sepáralos por la Palabra". ¡La Palabra separa!

Cuando usted creyó al principio en la Palabra de Dios, nació de nuevo. Fue separado espiritualmente del reino de las tinieblas, separado para el reino de luz. En este punto es donde mucha gente se detiene. Ellos dejan que la Palabra de Dios haga su obra inicial de separación y luego continúan viviendo como todos los demás. Espiritualmente, aún están separados de la muerte, pero física y mentalmente están hasta el cuello en eso. Están pobres, enfermos, preocupados, confundidos, enojados¿ En otras palabras, son como los demás del mundo.

Pero si usted le da a la Palabra de Dios el primer lugar en su vida, ella continuará separándole de la pobreza, la ansiedad, la enfermedad, el odio y la oscuridad de su viejo ambiente.

Hay algo más que la Palabra de Dios también hará por usted. No sólo lo separará de las cosas de este mundo, lo separará para las cosas de Dios.

Usted no puede separarse de cualquier vicio sin separarse para algo más. No puede apartarse de las cosas del mundo a menos que se vuelva a algo más fuerte. Quiero que sepa que usted puede gritar, chillar y patear la banca del altar y todo lo demás tratando de deshacerse del pecado en su vida. Puede gritar: "Amado Dios, quita este pecado de mí". Pero todos los ruegos del mundo no le separarán a usted de su pecado. ¡La Palabra es la que lo hace!

Tome la decisión de darle a la Palabra el primer lugar en su vida. Tome una decisión decisiva, una decisión de la cual no haya retirada. Enciérrese en la Palabra y deje que la Palabra haga su obra. Deje que le separe de las cosas del mundo para las cosas de Dios.


por Kenneth Copenlad Ministries
www.kcm.org.uk